María Montessori,  fue una de las mayores referentes educativas de la historia. (31 de agosto de 1870-6 de mayo de 1952).

Educadora, pedagoga, científica, médica, psiquiatra, filósofa, antropóloga, bióloga, psicóloga, feminista y humanista italiana, despuntó en numerosas disciplinas y además fue la primera mujer italiana que se graduó como doctora en medicina.

En su prolífica carrera, María Montessori formuló una serie de preceptos educativos para los padres pudieran llevar a término la educación de sus hijos de forma exitosa.

Más de 150 años después, estos consejos están más de moda que nunca y que encierran grandes perlas de sabiduría que contribuirán a que nuestros hijos desarrollen una personalidad armoniosa y equilibrada.

La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle.

  • Recuerda siempre que los niños aprenden de lo que les rodea. Sé su mejor modelo.
  • Si criticas mucho a tu hijo, lo primero que aprenderá es a juzgar.
  • En cambio, si lo elogias con regularidad, él aprenderá a valorar.
  • ¿Qué ocurre si le muestras hostilidad al niño? él aprenderá a pelear.
  • Si se ridiculiza al niño de modo habitual, será una persona tímida.
  • Ayuda a que tu hijo crezca sintiéndose seguro a cada instante, será entonces cuando aprenda a confiar en los demás.
  • Si  desprecias a tu hijo niño con frecuencia, se desarrollará un sentimiento muy negativo de culpa.
  • Propicia que tu hijo vea que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, con ello conseguimos que se sientan bien ellos mismos.
  • Si el niño vive en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y  necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
  • No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está.
  • Concéntrate en que tu hijo está creciendo y desarrollándose de modo óptimo, valora siempre lo de lo bueno del niño de tal manera que no quede nunca lugar para lo malo.
  • Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario.
  • Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Apóyalo. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante.
  • Debes estar dispuesto a ayudar a tu niño si busca algo, pero debes también estar dispuesto a permitir que encuentre las cosas por sí solo.
  • Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Ofrécele lo mejor que hay en ti mismo/a.
  • Cuando un niño se siente seguro de sí mismo, deja entonces de buscar la aprobación de sus padres.

María Montessori