En este Blog, además de nuestros artículos, iremos publicando artículos sobre Educación Holística de otros autores que creemos que pueden ser de vuestro interés.

Comenzamos con un artículo de Georges Van Vrekhem, nacido en Bélgica, en la región de Flandes. En su país adquirió cierta notoriedad por su obra poética y como autor dramático, siendo durante un tiempo director artístico de un grupo de teatro profesional de Gante, el Nederlands Tonel.
Georges Van Vrekhem tuvo conocimiento de la obra de Sri Aurobindo y de la Madre en 1964. Seis años después paso a formar parte del Ashram de Sri Aurobindo, situado en la localidad india de Pondicherry. En 1978 se estableció en Auroville, la ciudad que fundara la Madre en 1968, y allí fijó su residencia desde entonces.

La edición original del libro «Más Allá del Hombre» se publicó en lengua holandesa en 1995 y revela aspectos esenciales de la obra y la biografía de Sri Aurobindo y de la Madre. Para quienes no lo conocen, en una primera época, Sri Aurobindo participó activamente en la lucha política que culminó con la independencia de la India. Luego, Él y la Madre intervinieron desde el plano oculto en acontecimientos mundiales decisivos para favorecer los resultados de los que se desprendiera la continuación de la evolución espiritual de la humanidad. La obra de Sri Aurobindo y de la Madre, basada en la realización del Yoga Integral, tiene como misión el establecimiento de la consciencia supramental en la Tierra. Bajo su influencia la especie humana subirá un peldaño en su evolución espiritual, llegando a un Más Allá del Hombre, en donde la Materia perderá su condición densa y tosca para adquirir rasgos que, desde nuestra condición actual, podríamos llamar divinos.

El siguiente artículo está extraído de ese libro, «Mas allá del Hombre», de la pagina 260.
http://www.fundacionaurobindobcn.com/publicaciones.php?id_sec=5080#

«Una escuela diferente»

El niño tiene en sí un alma que ha alcanzado una cierta fase de crecimiento evolutivo. Esta es la Divinidad y, por tanto, contiene todo conocimiento. «Nada puede enseñarse a la mente que no esté ya guardado como conocimiento potencial en el alma en despliegue de la criatura». Este conocimiento lo proporciona el «Instructor universal» para facilitar al ser humano desde dentro, en esta, como en otras encarnaciones, las experiencias necesarias para su crecimiento interior, lo que, en definitiva, conducirá a la completa madurez de su alma. En el curso de la aventura de sus encarnaciones, el ser humano es guiado y protegido por su alma a través de todas las experiencias indispensables. (Esto explica que seres tan vulnerables y tan ignorantes como los humanos puedan alcanzar una edad avanzada a pesar de las amenazas permanentes a su vida en el mundo, lo que, sin embargo, también justifica las muertes prematuras).

De aquí pueden extraerse dos conclusiones:
Primera: todos los niños tienen la evolución que le es propia, constituyéndose en su personalidad diferente, con su particular ritmo de evolución; significa, pues, que no hay un método educativo único aplicable a la generalidad y que cada niño necesita atención y asistencia individualizadas.
La segunda conclusión: el verdadero educador no es un «maestro», en el sentido de una autoridad casi omnisciente, que antiguamente, y todavía ahora, la sociedad facultaba para que impusiera su voluntad y su inevitablemente restringido saber mediante la presión e incluso la violencia física.

Ha de ser un Maestro en el sentido espiritual de la palabra, para ser capaz de entender la personalidad interior de sus alumnos o estudiantes y asistirlos en sus verdaderas necesidades. Más que una autoridad dominante, ha de ser un compañero comprensivo y paciente, consciente de sus propias posibilidades y limitaciones, el que ayuda al progreso de los muchachos -sus hermanos y hermanas más jóvenes- por el sendero de la vida. «La educación es un ministerio», dijo la Madre. Y Sri Aurobindo escribió: «El Maestro más grande es menos un profesor que una Presencia».